miércoles, 27 de marzo de 2013

Alozaina celebra una carrera de barro y obstáculos para poner el pueblo en el mapa

La localidad acoge por segundo año consecutivo Eternal running, una prueba de 10 kilómetros que combina deporte y diversión, en la que hay que correr, trepar, arrastrarse y embarrarse
FUENTE.:DIARIO SUR
Diez kilómetros, la mayor parte cuesta arriba, con 42 obstáculos. Es el Eternal running, el humor amarillo hecho carrera, una prueba que Alozaina acoge el 14 de abril por segundo año consecutivo con el objetivo de poner el pueblo en el mapa y darlo a conocer entre los aficionados a correr. A lo largo del recorrido, los participantes tendrán que trepar, arrastrase y caminar entre el barro. Entre otras pruebas, encontrarán camiones de balas de paja, alambradas, tubos de hormigón, hichables locos, subidas con un desnivel de hasta el 30 por ciento y bajadas llenas de fango.
Se trata de una carrera que combina deporte y diversión, en la que muchos de los atletas participan caracterizados, ya que también hay premios para los que elijan el mejor disfraz. «La idea surgió porque la gente se cansaba de ir siempre al mismo tipo de competiciones y quisimos hacer algo diferente para que todo el mundo se lo pasara bien», explica Rubén López, gerente de Thunnar Esports, empresa organizadora del evento. «La iniciativa funcionó muy bien y vimos que en la mayoría de las competiciones hay un grupo de gente bastante profesional y luego otras personas que vienen, sobre todo, a divertirse», añade.
Los atletas tienen un tiempo de tres horas para completar los diez kilómetros del recorrido con sus correspondientes obstáculos. Se hace así para que nadie se asuste y al terminar puedan presumir del lema de Eternal Running: «Si llegas serás invencible, si no habrás fracasado». Con tanto tiempo los hay que se lo toman con calma y en alguna edición han participado hasta grupos de despedida de soltero.
Tortilla de patatas y porrones de vino
El avituallamiento también es diferente al habitual y las típicas bebidas isotónicas están acompañadas de pinchos de tortilla, aceitunas y porrones de vino, lo que hace que algunos se entretengan más de la cuenta en el puesto para recuperar fuerzas. La música en directo acompaña a los participantes durante los 10 kilómetros y al terminar hay una paella gigante para ayudarles a reponerse.
El Eternal Running comenzó a celebrarse en 2001 en Barcelona, pero muy pronto se fue ampliando a otros sitios, hasta que en 2006 dio el salto al circuito mundial. Actualmente, hay 36 pruebas cada año entre febrero y diciembre, en sitios tan diferentes como Australia, Panamá, Liverpool o Barcelona. En muchos casos, como en el de Alozaina, son los propios ayuntamientos los que se ponen en contacto con los organizadores y se interesan por la carrera como una fórmula más para promocionar el pueblo y atraer visitantes
Hasta ahora se han inscrito en la prueba cerca de 700 personas, pero el grueso suele producirse en los días previos a la fecha de la carrera. Los vencedores, además de una medalla y dinero en metálico pueden ganar un vuelo en helicóptero. Los interesados pueden inscribirse y obtener más información aquí.