Fuente.: Diario Sur.
La carretera llamada a convertirse en el nuevo acceso a
Coín y en la principal conexión de la parte alta del Valle del
Guadalhorce y varios los pueblos de la Sierra de las Nieves con la
autovía A-357 ha quedado reducida a una especie de vía recreativa para
ciclistas y caminantes. Los fines de semana son muchos los vecinos que
pasean en bicicleta o a pie por el trazado de la carretera
Coín-Casapalma, cuyas obras llevan cuatro años paralizadas desde que la
Junta de Andalucía anunciara la 'reprogramación' de una serie de obras
de infraestructuras por ajustes presupuestarios.
Desde entonces, el municipio ha clamado por que se
retomaran los trabajos, pero sin conseguirlo. «Por lo menos le damos un
uso, porque es una pena como han dejado esto», afirma Sebastián López,
uno de esos ciclistas que han optado por aprovechar lo que hay
construido de carretera como carril-bici. «Es una vergüenza», apunta
sobre su bicicleta Rafael, otro habitual de la zona. Y es que, para
estos particulares usuarios, esta posibilidad de pasear no compensa el
retraso de este gran proyecto, tantas veces prometido.
No en vano, los primeros compromisos datan de 1988, ya que
el de Coín-Casapalma era uno de los tramos previstos de la denominada
carretera del Arco, destinada a unir por el interior Marbella y
Vélez-Málaga con vistas a abrir en 1992. Así lo recordaba en una carta
entregada recientemente a la presidenta andaluza, Susana Díaz, la
Plataforma para la Mejora de las Carreteras del Valle del Guadalhorce,
que ha organizado diversas movilizaciones en los últimos meses para
reclamar el desbloqueo de esta actuación.
«Entendemos un sinsentido que no se termine esta carretera,
a la que solo le falta poco más de un 10 % para su terminación y unos 2
millones de euros, teniendo en cuenta que, cuando se reinicie su
construcción los costes serán infinitamente más elevados», explica el
coordinador de dicha plataforma, Francisco Rueda.
Sin fecha prevista
Las obras comenzaron en 2007, con un presupuesto de unos 15
millones de euros y con vistas a entrar en servicio en 2009. Los
problemas con el terreno primero y la falta de financiación después
acabaron por sumir en el abandono los trabajos, que siguen sin ver la
luz al final del túnel. Las reuniones de la plataforma con la Delegación
de Obras Públicas solo han arrojado leves compromisos para que la
carretera viera la luz en 2017.
La propia consejera del ramo, Elena Cortés, incluso
participó en una asamblea ciudadana organizada por la agrupación local
de Izquierda Unida, pero no quiso dar ninguna fecha para la posible
apertura, limitándose a decir que se haría «cuando se pueda».
Representantes de la plataforma vecinal intentaron hablar con la
presidenta andaluza tras su reciente visita a Cártama, pero se tuvieron
que conformar con entregar una carta a uno de sus asistentes.
A lo largo del trazado, de 5,4 kilómetros y que va desde la
rotonda de la Venta Platero (donde hay colocado un contador de los
accidentes de tráfico de la zona) hasta el enlace con la autovía del
Guadalhorce de Casapalma, se han instalado vallas quitamiedos
transversales para evitar el paso de coches. Sin embargo, son también
muchos los vecinos que pasan a pie y hasta en ciclomotor para moverse
por las fincas del terreno. «Nos tendremos que conformar con las bicis,
porque creo que aún nos queda para que puedan circular los coches»,
afirma Sebastián.