La localidad acoge por segundo año consecutivo
Eternal running, una prueba de 10 kilómetros que combina deporte y
diversión, en la que hay que correr, trepar, arrastrarse y embarrarse
FUENTE.:DIARIO SUR
Diez kilómetros, la mayor parte cuesta arriba, con 42
obstáculos. Es el Eternal running, el humor amarillo hecho carrera, una
prueba que Alozaina acoge el 14 de abril por segundo año consecutivo con
el objetivo de poner el pueblo en el mapa y darlo a conocer entre los
aficionados a correr. A lo largo del recorrido, los participantes
tendrán que trepar, arrastrase y caminar entre el barro. Entre otras
pruebas, encontrarán camiones de balas de paja, alambradas, tubos de
hormigón, hichables locos, subidas con un desnivel de hasta el 30 por
ciento y bajadas llenas de fango.
Se trata de una carrera que combina deporte y diversión, en
la que muchos de los atletas participan caracterizados, ya que también
hay premios para los que elijan el mejor disfraz. «La idea surgió porque
la gente se cansaba de ir siempre al mismo tipo de competiciones y
quisimos hacer algo diferente para que todo el mundo se lo pasara bien»,
explica Rubén López, gerente de Thunnar Esports, empresa organizadora
del evento. «La iniciativa funcionó muy bien y vimos que en la mayoría
de las competiciones hay un grupo de gente bastante profesional y luego
otras personas que vienen, sobre todo, a divertirse», añade.
Los atletas tienen un tiempo de tres horas para completar
los diez kilómetros del recorrido con sus correspondientes obstáculos.
Se hace así para que nadie se asuste y al terminar puedan presumir del
lema de Eternal Running: «Si llegas serás invencible, si no habrás
fracasado». Con tanto tiempo los hay que se lo toman con calma y en
alguna edición han participado hasta grupos de despedida de soltero.
Tortilla de patatas y porrones de vino
El avituallamiento también es diferente al habitual y las
típicas bebidas isotónicas están acompañadas de pinchos de tortilla,
aceitunas y porrones de vino, lo que hace que algunos se entretengan más
de la cuenta en el puesto para recuperar fuerzas. La música en directo
acompaña a los participantes durante los 10 kilómetros y al terminar hay
una paella gigante para ayudarles a reponerse.
El Eternal Running comenzó a celebrarse en 2001 en
Barcelona, pero muy pronto se fue ampliando a otros sitios, hasta que en
2006 dio el salto al circuito mundial. Actualmente, hay 36 pruebas cada
año entre febrero y diciembre, en sitios tan diferentes como Australia,
Panamá, Liverpool o Barcelona. En muchos casos, como en el de Alozaina,
son los propios ayuntamientos los que se ponen en contacto con los
organizadores y se interesan por la carrera como una fórmula más para
promocionar el pueblo y atraer visitantes
Hasta ahora se han inscrito en la prueba cerca de 700
personas, pero el grueso suele producirse en los días previos a la fecha
de la carrera. Los vencedores, además de una medalla y dinero en
metálico pueden ganar un vuelo en helicóptero. Los interesados pueden
inscribirse y obtener más información aquí.