domingo, 29 de diciembre de 2013

OTRO CAPITULO SOBRE LA SANIDAD MALAGUEÑA.

La escasez de camas eleva la espera de enfermos graves para recibir rehabilitación en el Civil.

La siete habitaciones que hay para esos pacientes son insuficientes para hacer frente a la demanda de tratamientos rehabilitadores y de fisioterapia.
FUENTE.: DIARIO SUR.
Los pacientes llevan a cabo en el Hospital Civil una serie de ejercicios para recobrar la movilidad.
 
Las doce camas que tiene el servicio de rehabilitación del Hospital Regional Carlos Haya (situadas en las dependencias del Hospital Civil) son a todas luces insuficientes para satisfacer la fuerte demanda existente. Ese hecho hace que los enfermos que necesitan ese tipo de tratamiento tras mejorar de una grave patología deban esperar a veces una, dos o tres semanas hasta que queda una cama libre en el servicio de rehabilitación, según indicaron a este periódico fuentes médicas consultadas. «Es frecuente que haya de cinco a diez personas aguardando ser trasladadas», recalcaron.
El citado servicio sólo dispone de siete habitaciones, de las que cinco son dobles y dos tienen carácter individual. En total, hay una docena de camas. Los pacientes que las ocupan suelen pasar ingresados una larga temporada, que oscila, según los casos y el grado de afectación de su dolencia, entre un mes y seis. El problema es que sólo se da un alta a la semana de media, indicaron las fuentes citadas, lo que hace que los enfermos que están a la espera de una cama deban aguardar más del tiempo del que sería deseable hasta que logran ser trasladados al servicio de rehabilitación para su encame.
Los pacientes para los que está indicado el ingreso para recibir tratamientos rehabilitadores y de fisioterapia son, fundamentalmente, de tres grupos. En primer lugar, están aquellos que han sufrido un accidente cererebrovascular que les ha dejado secuelas que les impiden moverse con normalidad. Tras disponer del alta en el servicio de neurología, una vez recibida la atención que se da a las personas que han tenido un ictus o una hemorragia cerebral, se les envía al Hospital Civil para que lleven a cabo el tratamiento rehabilitador que precisan para ir recobrando la movilidad de la parte inmovilizada de su cuerpo.
Mejorar la movilidad
En segundo lugar, están los enfermos que han sido operados por especialistas del servicio de neurocirugía y que, tras superar el periodo posquirúrgico, necesitan recibir rehabilitación para mejorar sus movimientos. En tercer lugar, se hallan pacientes que han pasado una larga temporada en la unidad de cuidados intensivos (UCI), circunstancia que les ha provocado un atrofia muscular que afecta al aparato locomotor. Para recobrar el vigor muscular y poder andar deben someterse a ejercicios rehabilitadores y de fisioterapia.
Si hay camas disponibles, los enfermos son enviados sin dilación al servicio de rehabilitación desde las plantas de hospitalización en las que se encuentran (neurología, neurocirugía, traumatología, etcétera). El escollo se produce cuando las doce camas mencionadas se encuentran ocupadas. «El número de pacientes que tienen que ser hospitalizados en el servicio de rehabilitación es superior a las altas que se dan semanalmente», comentaron fuentes médicas. Ese desfase entre salidas y entradas es lo que trae consigo un desequilibrio que se traduce en las esperas de los enfermos hasta que consiguen una cama.
La versión del hospital
Por su parte, fuentes oficiales del Hospital Regional Carlos Haya indicaron que «las unidades de neurología, neurociencias y rehabilitación tienen capacidad para asumir la atención integral de este tipo de pacientes, independientemente de la unidad en la que estén ingresados». Añadieron que los enfermos reciben en todas ellas un tratamiento rehabilitador y de fisioterapia adecuado a sus necesidades.
Una vez ingresados en el servicio de rehabilitación, en el Hospital Civil, los enfermos son atendidos por profesionales de una amplia experiencia en rehabilitación y fisioterapia. «Es un personal con una gran cualificación y una excelente destreza, lo que redunda beneficiosamente en la asistencia que ofrece a los pacientes», afirmaron las fuentes médicas citadas anteriormente.
En el Civil hay un gimnasio de grandes dimensiones en el que las personas con dificultades de movimiento realizan una serie de ejercicio tendentes a ir recuperando la capacidad de caminar y la fuerza en los miembros inferiores y superiores. Junto a ello, se aplican sesiones de fisioterapia. «Las instalaciones del Civil, aunque antiguas, funcionan bien y cuentan con médicos rehabilitadores muy bien formados y de gran experiencia, así como con fisioterapeutas de primer nivel», comentaron las fuentes consultadas. «El personal hace todo lo que está en su mano y se esfuerza para que los pacientes mejoren de sus graves secuelas. El problema es la falta de camas. Las doce que hay son insuficientes para hacer frente a la demanda existente», subrayaron.
Aunque el hospital asegura que los pacientes reciben una atención integral independientemente de la unidad en la que se encuentren ingresados, el hecho de que las camas de rehabilitación en el Civil se queden libres en un lento goteo genera incertidumbre entre los afectados y sus familias, que desean que el traslado al servicio de rehabilitación se produzca cuanto antes.