El concejal de vías y obras y primer teniente alcalde del Ayuntamiento de Cártama, Miguel Espinosa, según la prensa, pide al actual equipo de gobierno de la Diputación Provincial de Málaga que instale dispositivos para reducir la velocidad de los vehículos en
la carretera MA-3304, que enlaza Málaga, y su entorno, con Alhaurín el
Grande y pueblos del sector, pasando, para ida y vuelta, por el centro
de Cártama.
El asunto, a nuestro humilde entender, tiene mucha tela “política”
que cortar, porque, caro paisano Espinosa, la gente que votamos y
callamos (¡qué remedio!) no somos tan tontos como creen los 454.000 y
pico de políticos que, como está visto y comprobado, lastran y arruinan
a España.
A lo que vamos: Usted traslada a la Diputación dos problemas empaquetados en uno solo.
1º.-
La calle Juan Carlos I y González Marín (la primera para ida, y la
segunda para retorno) constituyen un indiscutible peligro para la
integridad física de las personas por la cesión de tránsito que,
gratuita e indebidamente, el Consistorio local viene haciendo desde hace
muchos años a Alhaurín el Grande y pueblos cercanos.
Por las
mañanas, cuando se dirigen al trabajo en Málaga y costa, generalmente
con el tiempo tasado, la circulación de los foráneos por Juan Carlos I
es a velocidad de vértigo con ostensible peligro, que puede ser letal,
para los transeúntes a pie por la misma. En una hora hemos llegado a
contar el paso de más de 100 vehículos.
Al
retorno, por la tarde noche, los coches cruzan nuevamente Cártama,
ahora por Calle González Marín, en donde se han registrado no pocos
accidentes, e incidentes, porque si el vehículo es de transporte, aunque
sea mera furgoneta, dada la estrechez de la calle y el aparcamiento que
ocupa la mitad de ella en todo su trazado, los espejos retrovisores se
desplazan por encima de la estrecha acera contraria, derribando al
peatón que no coja pegado a la pared como una salamanquesa. ¿Alcanzan
ustedes a darse cuenta del entuerto?
Esta
Asociación (que ha venido haciendo una oposición más seria y leal que
todas las oposiciones de las sucesivas corporaciones, diestras y
siniestras), al igual que hacemos hoy, lo venimos denunciando desde hace
un montón de años, y sólo hemos cosechado displicente y ominoso
silencio, como si se dijeran ustedes para sus entretelas: “Aquí
quienes opinan y mandan somos nosotros, que pa eso ya somos alguien, y
a lo que no salga de nuestro ilustre magín, ni mijita de caso...” No es una metáfora, lo hemos escuchado varias veces.
Y el Ayuntamiento de Cártama traslada ahora esta iniquidad cívica municipal
a la Diputación Provincial, gobernada por el PP, cuando hasta hace
poco, y durante años, lo estuvo por el PSOE. ¿No se acuerdan de ello? Mendacem memorem esse oportet,
reza el adagio ciceroniano y, cuánta verdad encierra. El amigo Pepe
Escalona, sabrá traducirles el latinajo, porque, a propósito, también a
él, no más tomar posesión de los actuales cargos, le trasladamos este
problema y, simultáneamente, tratando de no herir su susceptibilidad,
nos permitimos insinuarle la solución: Simplemente poner a la entrada de
cada referida calle un buen disco prohibiendo el paso, salvo a residentes,
y una flecha de dirección obligada hacia la autovía que dista kilómetro
y medio, o sea, no más de tres minutos. Es un problema municipal, no de
la Diputación. El resto es cuestión de policía.
En
definitiva, que ustedes quieren apuntarse un tanto electorero,
intentando hacer ante la opinión responsable de su desidia y desdén
hacia el pueblo, a la Diputación actual. Por favor, caros amigos, no nos
tomen por los gilipollas del entuerto; “intelligente pauca”.
2º.-
En lo referente al peligro que ven en la carretera Cártama a Alhaurín,
debido a las construcciones que a lado y lado se han realizado, en
efecto, pensamos que esta carretera corresponde a la Diputación, pero el
problema también viene de lejos, y ahora se le endiña al actual ente
supramunicipal. Vale por hoy, pero Res ipsa locutorum.
Miren
ustedes si el problema viene de antiguo que, ya en los años 1.974 y
1.975, a falta de cabida en el único Grupo Escolar que existía, el
Ministerio adaptó, para ello, dos aulas en habitaciones de la Ampliación
de Cártama, a donde por la peligrosa carretera que ustedes hoy
denuncian, los niños debían ir, mañana y tarde, a sus clases.
El ya
entonces cronista de la villa y miembro fundador de esta AA.VV -al que
ahora PSOE, PP, IU y Vecinos por el Cambio, quieren de-cesarlo como tal
por considerarlo políticamente no correcto- consciente del peligro que
corrían dichos escolares, escribió, entre otros de análogo tono, los
artículos que se insertan abajo, consiguiendo que por la parte baja de
la carretera, en sentido a Ampliación, se abriera un segundo vial para
que los niños no tuvieran que correr el gran peligro que suponía
circular la carretera de marras.
Al
margen de lo antes dicho, nos sentimos muy agradecidos al consabido edil
porque, aunque tarde, nos ha dado totalmente la razón, calificando
ahora como nosotros siempre, de muy grave el problema. Un castizo
diría: “¡A buenas horas, mangas verdes!”.
ENLACE EL AGUIJON
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ASOCIACIÓN ERMITA LOS REMEDIOS.
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