Fuente.:Diario Sur.
Articulo de Opinion:
RAFAEL GONZÁLEZ DELGADO. SECRETARIO PROVINCIAL DE SANIDAD DE CC OO.
El extraño cese del director de Enfermería de los hospitales Regional y Clínico plantea una serie de interrogantes sobre la situación de la sanidad malagueña que crea ciertas incertidumbres. En primer lugar no está claro del todo que se acepte una dimisión sin tener preparado un relevo para el mismo. Recordemos que el cese/dimisión se produce el día 7 de enero y aún no se ha cubierto el/los puestos. Esta primera circunstancia nos hace pensar que ha sido más un cese fulminante que una dimisión por motivos personales, que es la salida digna que la empresa exige a sus cargos directivos para no dañar su imagen.
Teniendo en cuenta que parece más un cese que una dimisión habría que analizar qué culpa se le ha achacado a Cipriano Viñas para que deje de prestar sus servicios como director de Enfermería. Varias pueden ser las hipótesis que podríamos barajar y probablemente en la conjunción de las mismas puede estar el origen del cese. En un primer término, el intento fallido de fusión de ambos hospitales, que ha tenido más detractores que defensores y que desde la Consejería de Salud se está intentando de paliar de alguna manera, hasta ahora con escaso éxito. Ha sido este un proceso gestado en la anterior dirección. En un relativo margen de tiempo pequeño han ido saliendo uno a uno casi todos los integrantes de la dirección que tenía Carmen Cortés, en clara referencia al abandono del proyecto de fusión.
Pero existen más problemas como la falta de infraestructuras sanitarias en asistencia especializada, así como la falta de inversiones en nuestra provincia, que en CC OO venimos denunciando desde hace mucho tiempo. No es descabellado pensar que se habrá querido cargar al director de Enfermería con esta lacra, para como ocurre en los equipos de fútbol ¿destituir el entrenador para salvar la cabeza del presidente? El deterioro de los hospitales malagueños es evidente: el Hospital Marítimo literalmente se está cayendo a trozos, la obra de reforma de las urgencias en el Hospital Regional lleva un retraso intolerable y del Hospital del Guadalhorce no se sabe aún la fecha de apertura y aún menos de cómo se va a conformar la plantilla; nos tememos una nueva chapuza para con la comarca del Guadalhorce y tal vez el nuevo Hospital de Ronda se inaugure con menos servicios de los que cuenta en la actualidad.
Mención aparte merecen las listas de espera. Desde hace más de un lustro Málaga ocupa el último lugar de forma reiterada en todos los parámetros publicados por el Servicio Andaluz de Salud en listas de espera. Sí, ha entendido bien, querido lector, más de un lustro, es decir, más de una legislatura completa con la más absoluta inactividad por parte de la Junta de Andalucía, no sólo sin proponer soluciones, sino ni si quiera sin ruborizarse por los datos maquillados que se presentan año tras año. ¿También será Cipriano el causante de esta desastrosa gestión?
Por tanto, es fácil preguntarse ¿qué oculta la dimisión por motivos personales del director de Enfermería de estos hospitales?, ¿la incapacidad de la gerencia del hospital de solucionar los problemas?, ¿la falta de inversión de la Consejería de Salud? o ¿el querer salvar la silla? Esta medida, lejos de ser la solución, está acercándonos cada vez más a la idea de abandono y de falta de dirección por parte de la gerencia. El segundo hospital de la Comunidad Autónoma junto al Hospital Clínico lleva más de diez días sin director de Enfermería, y esto no es una cuestión baladí. En la actualidad los problemas se han acrecentado y la enfermería en estos tiempos difíciles que está viviendo últimamente, por decisiones políticas alejadas de la realidad asistencial, necesita urgentemente un proyecto ilusionante y la actual dirección gerencia no aporta en este momento más que dudas y futuro incierto, que nos hace mirar con más escepticismo si cabe el panorama sanitario para este nuevo año que acaba de comenzar. Mientras, la sanidad pública malagueña desangrándose día a día en una deriva peligrosa. Sin embargo, vemos cómo van aumentando los conciertos con la sanidad privada para poder paliar las deficiencias evidentes de una política de inversiones desastrosa en nuestra provincia que dura años y que lejos de tener algunos visos de mejorar tiende a perpetuarse otra legislatura más. Señores políticos: es hora ya de buscar soluciones para la endeble sanidad malagueña y dejarse de chapuzas en forma de ceses que no conducen más que a crear desazón e incertidumbre.
Articulo de Opinion:
RAFAEL GONZÁLEZ DELGADO. SECRETARIO PROVINCIAL DE SANIDAD DE CC OO.
El extraño cese del director de Enfermería de los hospitales Regional y Clínico plantea una serie de interrogantes sobre la situación de la sanidad malagueña que crea ciertas incertidumbres. En primer lugar no está claro del todo que se acepte una dimisión sin tener preparado un relevo para el mismo. Recordemos que el cese/dimisión se produce el día 7 de enero y aún no se ha cubierto el/los puestos. Esta primera circunstancia nos hace pensar que ha sido más un cese fulminante que una dimisión por motivos personales, que es la salida digna que la empresa exige a sus cargos directivos para no dañar su imagen.
Teniendo en cuenta que parece más un cese que una dimisión habría que analizar qué culpa se le ha achacado a Cipriano Viñas para que deje de prestar sus servicios como director de Enfermería. Varias pueden ser las hipótesis que podríamos barajar y probablemente en la conjunción de las mismas puede estar el origen del cese. En un primer término, el intento fallido de fusión de ambos hospitales, que ha tenido más detractores que defensores y que desde la Consejería de Salud se está intentando de paliar de alguna manera, hasta ahora con escaso éxito. Ha sido este un proceso gestado en la anterior dirección. En un relativo margen de tiempo pequeño han ido saliendo uno a uno casi todos los integrantes de la dirección que tenía Carmen Cortés, en clara referencia al abandono del proyecto de fusión.
Pero existen más problemas como la falta de infraestructuras sanitarias en asistencia especializada, así como la falta de inversiones en nuestra provincia, que en CC OO venimos denunciando desde hace mucho tiempo. No es descabellado pensar que se habrá querido cargar al director de Enfermería con esta lacra, para como ocurre en los equipos de fútbol ¿destituir el entrenador para salvar la cabeza del presidente? El deterioro de los hospitales malagueños es evidente: el Hospital Marítimo literalmente se está cayendo a trozos, la obra de reforma de las urgencias en el Hospital Regional lleva un retraso intolerable y del Hospital del Guadalhorce no se sabe aún la fecha de apertura y aún menos de cómo se va a conformar la plantilla; nos tememos una nueva chapuza para con la comarca del Guadalhorce y tal vez el nuevo Hospital de Ronda se inaugure con menos servicios de los que cuenta en la actualidad.
Mención aparte merecen las listas de espera. Desde hace más de un lustro Málaga ocupa el último lugar de forma reiterada en todos los parámetros publicados por el Servicio Andaluz de Salud en listas de espera. Sí, ha entendido bien, querido lector, más de un lustro, es decir, más de una legislatura completa con la más absoluta inactividad por parte de la Junta de Andalucía, no sólo sin proponer soluciones, sino ni si quiera sin ruborizarse por los datos maquillados que se presentan año tras año. ¿También será Cipriano el causante de esta desastrosa gestión?
Por tanto, es fácil preguntarse ¿qué oculta la dimisión por motivos personales del director de Enfermería de estos hospitales?, ¿la incapacidad de la gerencia del hospital de solucionar los problemas?, ¿la falta de inversión de la Consejería de Salud? o ¿el querer salvar la silla? Esta medida, lejos de ser la solución, está acercándonos cada vez más a la idea de abandono y de falta de dirección por parte de la gerencia. El segundo hospital de la Comunidad Autónoma junto al Hospital Clínico lleva más de diez días sin director de Enfermería, y esto no es una cuestión baladí. En la actualidad los problemas se han acrecentado y la enfermería en estos tiempos difíciles que está viviendo últimamente, por decisiones políticas alejadas de la realidad asistencial, necesita urgentemente un proyecto ilusionante y la actual dirección gerencia no aporta en este momento más que dudas y futuro incierto, que nos hace mirar con más escepticismo si cabe el panorama sanitario para este nuevo año que acaba de comenzar. Mientras, la sanidad pública malagueña desangrándose día a día en una deriva peligrosa. Sin embargo, vemos cómo van aumentando los conciertos con la sanidad privada para poder paliar las deficiencias evidentes de una política de inversiones desastrosa en nuestra provincia que dura años y que lejos de tener algunos visos de mejorar tiende a perpetuarse otra legislatura más. Señores políticos: es hora ya de buscar soluciones para la endeble sanidad malagueña y dejarse de chapuzas en forma de ceses que no conducen más que a crear desazón e incertidumbre.