domingo, 9 de abril de 2017

CÁRTAMA AÑORA SU SEMANA SANTA.

Un nutrido grupo de vecinos quiere recuperar la tradición, aunque siempre condicionados a que la Iglesia acepte la creación de una hermandad.

Fuente.: La Opinión de Málaga.

Desde 1959 las baldosas de las calles de Cártama no se limpian de cera de vela. Ese fue el último año en que el municipio vio una procesión de Semana Santa. Un problema entre las dos cofradías que había –verdes y moraos– con el párroco dio al traste con el movimiento cofrade, que lleva 57 años sin poder recuperarse.
La parroquia de Cártama celebra en la Semana del Señor los Santos Oficios, pero esta localidad del Valle del Guadalhorce no tiene procesiones en las que se «unan los cartameños bajo el paraguas de la fe», cuenta Fernando Bravo historiador y cronista del municipio.

«Podemos documentar la existencia de las procesiones en Cártama hacia 1743, a través de un testigo que declara por escrito la existencia de un Vía Crucis desde el templo a la ermita del Cristo de la Vera+Cruz que entonces se hacía a diario», nos documenta Bravo y muestra algunas hornacinas que se conservan por la calles del pueblo.

Cártama contaba con la hermandad de los moraos y los verdes que procesionaban junto a la Virgen de los Dolores. En la década de los 50 ambas hermandades hacen un gran esfuerzo por recuperar el brillo de antes de la guerra. «La primera en recuperarse fue la de Nuestro Padre Jesús Nazareno (moraos), imagen que estuvo oculta en una caja entre bombillas, a la cual los milicianos le daban patadas, en el chalet de Villa Paca de Pedregalejo, de la familia González Marín. Posteriormente fue recuperada la imagen Nuestro Padre Jesús de la Humildad (Verdes), una imagen que se reconstruyó a partir de un dedo de la talla original que se salvó en una de la quemas del 36», detalla Bravo.

Pero la Semana Santa de Cártama, a pesar de ser una de las más potentes de la provincia en su época, pone fin a la tradición a raíz de unas discrepancias entre las dos hermandades con el párroco de entonces José María Almagro Vázquez.

El día 29 de junio, festividad de San Pedro a la que está dedicada la parroquia, se celebraba el Día de los Verdes en el que se procesionaba tradicionalmente al Cristo de la Humildad, conocido como el Coronado de Espinas. Tal día de 1959 la hermandad estrenaba, en este señalado día, un trono de proporciones tales que no pudieron montarlo en el interior de la iglesia porque no entraba por las puertas, y por tanto lo hicieron fuera. «Almagro manifestó que la imagen de San Pedro debía presidir la procesión. Los hermanos mayores de ambas cofradías se reunieron la noche antes de la salida procesional, dialogaron y determinaron oponerse a la decisión del cura, puesto que ellos eran los impulsores de estas procesiones. El párroco no aceptó la negativa y cerró las puestas de la parroquia con llave impidiendo esta celebración. Y aquí acabaron todos los desfiles procesionales de Cártama desde hace más de cincuenta años», concluye Fernando Bravo. Además de las festividades de «los verdes y moraos». El nuevo trono del Coronado de Espinas, que nunca se llegó a estrenar, fue vendido a la hermandad de los moraos de Alhaurín de la Torre.

En estas décadas de sequía se ha intentado recuperar las procesiones sin éxito. Juan Serrano lo ha impulsó en los últimos. En 2012 «organicé junto a otros feligreses un Vía Crucis el Viernes Santo en el interior de la parroquia con el Cristo Yacente, al que le creamos entre un amigo y yo unas andas. Al siguiente año lo sacamos alrededor de las calles de la iglesia en el que participaron muchas personas. La Virgen de los Dolores al no tener trono para procesionarla la poníamos en la puerta de la iglesia», relata Juan Serrano. Una iniciativa que fue muy bien acogida por el pueblo pero que opina Serrano «tenemos que organizarnos como hermandad y sobre todo tener el beneplácito y apoyo de la iglesia de Cártama para poder recuperar las procesiones».

Los cartameños se sorprendieron al ver algunos enseres como el estandarte de los moraos, que «algunos no lo habían visto en su vida. Al siguiente año quisimos dar un paso más y a través de unos amigos nos podrían prestar el trono de traslado de Cautivo de Málaga. Pero no llegamos a un acuerdo entre nosotros, los impulsores, y la iglesia», termina contando Juan.

Serrano y Bravo solicitaron al párroco de San Pedro de Cártama que, en la medida de lo posible, intercediera con la Diócesis de Málaga para que «Cártama pueda recuperar su Semana Santa poco a poco. Porque hay muchos cartameños que son hermanos y participan en procesiones de Alora, Pizarra, Alhaurín de la Torre y El Grande e incluso en la capital y que estos años que hicimos el Vía Crucis dejaron de asistir a estos pueblos por apoyar y participar en su pueblo», expusieron.

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