AÑO 1916.
FUENTE.: BLOG CRÓNICAS DESDE CÁRTAMA. FERNANDO BRAVO.
La actual distribución de la plaza
responde al diseño que de ella hicieron los repartidores allá por 1493, cuando
marcaron sobre las paredes musulmanas existentes lo que debía ser aprovechado y
lo que debía derruirse para que quedase como plaza.
Ya entonces se tuvo en cuenta que el
visitante accedería a este espacio urbano a través de la Puerta de la Villa,
situada al principio de la calle Real, hoy calle Concepción. Una vez llegados a
la altura de la calle Toril, se encontraría con un amplio espacio en el que
artesanos, ganaderos y vendedores de todo tipo de productos de la tierra
exponían sus artículos. La forma de embudo obliga al visitante a centrar la
vista en el templo y su fachada principal, y sobre la puerta de entrada, el
escudo de los Reyes Católicos. Es necesario atravesar la plaza y pasar por la
puerta de la Iglesia para dirigirnos al Castillo. Una forma subliminar de
recordar que nos encontramos a merced del poder del clero y la corona.
e los cambios sufridos por este
espacio urbano desde entonces, tan sólo tenemos constancias de los dos últimos
siglos; pero sabido es que le plaza de un pueblo es donde suelen desarrollase
los momentos más importantes de su historia.
Desde las excavaciones arqueológicas
de Marqués de Valdeflores, a las modernas distribuciones urbanísticas en las
que se han introducido elementos modernistas que chocan con el ambiente clásico
y cálido de nuestro pueblo, la imagen de esta plaza ha cambiado en muchas
ocasiones. Pero expondré aquellas más significativas de las que he tenido
noticias.
La fachada de la Iglesia que antaño
alojaba las gradas de madera portátiles para las corridas de toros, fue
después jardín, y en la actualidad amplia acera para los peatones.
Precisamente para estas corridas y capeas estuvo la mayor parte del tiempo
despejada la plaza, hasta que se abolieron estas corridas totalmente.
Estas dos imágenes extraídas
del archivo fotográfico Juan Temboury, nos muestran una plaza abierta y libre
de mobiliario urbano. La primera de ellas refleja el momento pocas veces
visto del tejado de la Iglesia hundido, lo que ocurrió el 8 de abril de 1916,
según nos informa la prensa de la época. Si tenemos en cuenta que antes de
hundirse hacía ya tiempo que se venía avisando de la carcoma y grietas, hemos
de entender que la siguiente foto es de varios años antes, ya que el
caballete de la Iglesia se puede apreciar totalmente recto y sin que se
aprecie ningún tipo de vencimiento de sus vigas. En cualquier caso se puede
ver el porqué de mantener la plaza libre de elementos fijos, que no era que
el de la celebración de las capeas propias de la feria de abril, hasta que
fueron abolidas en 1916.