Según la medida, los motivos para excluir los fármacos de la prestación farmacéutica son "la convivencia con un medicamento sin receta con la que comparte principio activo y dosis" y la "consideración del medicamento como publicitario en el entorno europeo", entre otros factores.
Según las estimaciones del departamento que dirige Ana Mato, la iniciativa supondrá un ahorro de 458 millones de euros y entrará en vigor en agosto, un mes después de su aprobación.
De acuerdo con las explicaciones de la ministra, los fármacos eliminados de la cartera básica de servicios sanitarios están indicados para "síntomas menores" y de "baja incidencia terapéutica". Sin embargo, los sindicatos CC OO, UGT, CSI-F y Satse han arremetido contra la medida y han argumentado que en vez de suponer un ahorro para la sociedad, "generará más gasto". Las organizaciones de trabajadores no se creen las cifras ofrecidas por el Ministerio de Sanidad y están persuadidas de que las grandes beneficiarias serán las compañías farmacéuticas. No en vano, la industria del sector ha mostrado su apoyo al Ejecutivo y defendido la exclusión de estos productos.
Para la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública la lista incorpora fármacos muy relevantes para el abordaje de ciertas enfermedades. Es el caso, por ejemplo, de la acetilcisteina, que se recetaba personas con fibrosis quística, fibrosis pulmonar o Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). También se encuentra la codeína, un remedio eficaz para atajar la tos pero que también se emplea como tratamiento contra el dolor.
Figuran medicamentos de uso frecuente como Fortasec o Almax .ENLACE NOTICIA DIARIO SUR
