«Tengo que dejar claro lo primero que yo no prometo un
empleo en Noruega. Intento que el alumno consiga un manejo básico del
idioma que le sirva para marcharse a Oslo. Además, tengo a mis amigos
allí movilizados para que echen una mano», asegura el profesor mientras
busca entre sus papeles recortes de prensa que dan testimonio de su
afirmación. «Mire, se necesitan entre 1.500 y 2.000 camioneros», señala.
Dos exalumnos que pasaron por sus manos hace solo unos
meses ya están trabajando en Oslo. Fue precisamente a través del tío de
uno de ellos -que reside en Coín- como Antonio Muñoz se enteró de la
iniciativa de Lasse. «Aprender noruego en 40 horas, y además te asesora
sobre dónde mandar el curriculum o alquilar un piso una vez que estás
allí. No me lo pensé dos veces». Camionero desempleado, con 28 años y
residente en Cártama Estación acudió en busca de tres amigos de toda la
vida, todos en el paro. El primer objetivo: encontrar a Lasse. No fue
fácil.
«Nadie nos daba las señas exactas ni un teléfono para
localizarle. Le vimos también en la tele, pero no decían nada sobre su
dirección así que un día, desesperados, nos metimos los cuatro en un
coche y tiramos para San Pedro. Preguntamos en Correos, en bares, en
tiendas, hasta que nos llevaron a su casa. No estaba. Le dejamos una
nota. Cuando ya nos volvíamos para la Estación, nos llamó», explica
entre risas, Antonio Fernández. Este mecánico de coches, casado y con
dos hijos, reconoce que embarcarse en un traslado a Noruega «es toda una
aventura». De momento se ha encontrado con la oposición de su mujer,
pero tiene claro que no hay otra salida. «Menos hace uno en Cártama
ahora mismo». SEGUIR LEYENDO
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